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Ángel González

Esto no es nada

Si tuviésemos la fuerza suficiente 
para apretar como es debido un trozo de madera, 
sólo nos quedaría entre las manos 
un poco de tierra. 
Y si tuviésemos más fuerza todavía 
para presionar con toda la dureza 
esa tierra, sólo nos quedaría 
entre las manos un poco de agua. 
Y si fuese posible aún 
oprimir el agua, 
ya no nos quedaría entre las manos 
nada.

24 /

12 /

2013

Mas no por ello ignoramos
que también el odio contra la vileza
desencaja al rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros,
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos.

Bertolt Brecht
An die Nachgeborenen («A los por nacer»), 1939

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