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El Lobo Feroz

Preguntas ante un televisor

¿De qué libertades hablan, si las recortan cuando les conviene?

¿De qué derechos hablan, si siempre son precarios y están cada día más vacíos de contenido, de las obligaciones que habrían de dárselo, y son sobre todo retóricos, palabras huecas?

¿De qué sistema representativo hablan, cuando vivimos bajo la dictadura bipartidista del sistema electoral, con comodines para las concentraciones nacionalistas de votos, con tal de impedir cualquier política alternativa?

¿De qué Estado de Derecho hablan, cuando el sistema de tribunales no es sólo infecto, sino lento, desolador y dependiente? ¿De qué hablan, cuando tantos magistrados están más atentos a sus intereses corporativos que a las necesidades de las personas corrientes?

¿De qué ciudadanía hablan, cuando su opinión pública es creada y manipulada por un coro mediático público y de grandes corporaciones, por el mundo trastocado de las imágenes publicitarias?

¿De qué democracia hablan, cuando recurren constantemente a la indecencia por debajo de la mesa?

¿De qué soberanía nacional, cuando actúan como palanganeros de la gran potencia extorsionadora?

¿De qué crecimiento sostenible hablan, cuando fomentan el crecimiento predatorio y son incapaces de imponer reglas al capital?

¿De qué ayuda al tercer mundo, cuando vemos las imágenes de la pobreza entre anuncios y anuncios de cosmética y demás propuestas de ridículo?

¿De qué preocupación por la educación, si se propone exclusivamente sexo y violencia, violencia y sexo?

¿De qué estado aconfesional hablan, si mean en todas las pilas, si se apuntan a todas las procesiones y a todos los jubileos?

¿Cuál es su paz, si se arman hasta los dientes y bombardean a placer? 600.000 víctimas sólo en Iraq. Para lo militar no se paran en gastos.

¿De qué talibanes hablan, cuando son ellos los talibanes del capital?

Desfilan, muy dignos, dignatarios y dignatarias, pero ¿por qué sólo veo fariseos y fariseas?

¿Por qué me piden que confíe precisamente en aquellos en quienes no puedo confiar?

¿Qué cadenas mentales e invisibles llevan a las urnas de ahora a mis conciudadanos de ahora?

¿Por qué es tan buena la gente que no explota?

7 /

11 /

2010

Mas no por ello ignoramos
que también el odio contra la vileza
desencaja al rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros,
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos.

Bertolt Brecht
An die Nachgeborenen («A los por nacer»), 1939

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