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Bertolt Brecht

Meditaciones sobre la duración del exilio

Meditaciones sobre la duración del exilio

1

No pongas ningún clavo en la pared,

tira sobre una silla tu chaqueta.

¿Vale la pena preocuparse para cuatro días?

Mañana volverás.

No te molestes en regar el arbolillo.

¿Para qué vas a plantar otro árbol?

Antes de que llegue a la altura de un escalón

alegre partirás de aquí.

Cálate el gorro si te cruzas con gente.

¿Para qué hojear una gramática extranjera?

La noticia que te llame a tu casa

vendrá escrita en idioma conocido.

Del mismo modo que la cal cae de las vigas

(no te esfuerces por impedirlo),

caerá también la alambrada de la violencia

erigida en la frontera

contra la justicia.

2

Mira ese clavo que pusiste en la pared.

¿Cuándo crees que volverás?

¿Tú quieres saber lo que crees tú en el fondo?

Día a día

trabajas por la liberación,

escribes sentado en tu cuarto.

¿Quieres saber lo que piensas de tu trabajo?

Mira el pequeño castaño en el rincón del patio

al que un día llevaste una jarra de agua.

Soneto sobre la emigración

Arrojado de mi propio país tengo que buscar

una tienda o un bar donde vender

los productos de mi intelecto. Debo regresar

a viejos caminos conocidos,

gastados por las pisadas de los desesperados.

No sé a casa de quién me dirijo. Donde quiera

que vaya me dicen: ¿Cuál es su nombre?

Ah, una vez ese nombre fue importante.

Me gustaría que nadie lo conociera,

como alguien a quien se le ha dictado una orden.

Imagino que no tienen prisa en aceptarme.

Ya he tratado con gente como esta

y sospecho que se preguntan

si mis servicios pueden ser de utilidad.

31 /

3 /

2022

Mas no por ello ignoramos
que también el odio contra la vileza
desencaja al rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros,
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos.

Bertolt Brecht
An die Nachgeborenen («A los por nacer»), 1939

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