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Mañana no será lo que Dios quiera

Alfaguara,

Madrid,

421 págs.

Antonio Giménez Merino

De la honda amistad entre dos grandes poetas nace esta hermosa reconstrucción novelada de las raíces familiares y de los años de formación de Ángel González (1925-2008) a cargo de Luis García Montero. Éste devuelve a la vida —en un ejercicio de primera magnitud sobre un aspecto que atraviesa la obra de ambos autores, el valor social de la literatura— los personajes y las circunstancias encerrados en los papeles amarilleados de una “carpeta azul”, puerta de entrada a un universo sentimental y moral marcado por la guerra civil. A contracorriente de nuestro tiempo histórico García Montero recrea en este inolvidable relato la existencia de “muertos de muerte imposible”, personas inquebrantablemente unidas a nuestro ser interior, voces siempre prestas a susurrarnos al oído a las que es obligado prestar atención.

9 /

2009

Mas no por ello ignoramos
que también el odio contra la vileza
desencaja al rostro,
que también la cólera contra la injusticia
enronquece la voz. Sí, nosotros,
que queríamos preparar el terreno a la amistad
no pudimos ser amistosos.

Bertolt Brecht
An die Nachgeborenen («A los por nacer»), 1939

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