«Los socialistas han de ser internacionalistas aunque sus clases trabajadoras respectivas no lo sean; los socialistas han de entender el nacionalismo de las masas, pero únicamente de la manera en que un médico entiende la debilidad o la enfermedad de su paciente. Los socialistas deberían tener en cuenta ese nacionalismo, pero, cual si se tratase de enfermeras, deberían lavarse veinte veces las manos cada vez que se aproximan a una región del movimiento obrero infectada de nacionalismo»